miércoles, 13 de abril de 2016

El reencuentro - Abril de 2016

I N S T I T U T O   O S C A R   M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n   R í o   G a l l e g o s


EL REENCUENTRO
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 13 de Abril de 2016)

Autor: Lic. José Luis Tuñon
(Analista Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Escuela de la Orientación Lacaniana; Co-responsable Local de la Delegación Comodoro Rivadavia del I.O.M.2; Artista visual)

Continuamos en la senda de los trabajos preliminares, que apuntan a las IV Jornadas Regionales del I.O.M.2 en la Patagonia, denominadas “La trama de lo familiar ...o la extrañeza de lo propio”, a realizarse en la localidad de Río Gallegos los días 09 y 10 de septiembre de 2016, y que convoca a los Centros de Investigación y Docencia de Nequén y Bariloche, como a las Delegaciónes de Comodoro Rivadavia, Río Gallegos y Ushuaia pertenecientes al I.O.M.2.

“¿En qué lugar se desarrolla el presente? En el alma. Misteriosa extensión del alma, que hace presente lo que le falta al futuro, en la espera; y lo que le falta al pasado en el recuerdo”
(Jacques-Alain Miller, “La Erótica del Tiempo”)

Diría, para empezar, que lo familiar es un sentimiento que surge cuando volvemos a encontrar, en alguna experiencia, cualidades conocidas y, valga la redundancia, familiares. Y usamos como adjetivo esa palabra para referirnos a cualquier situación en la que obtenemos ese sentimiento.
Lo familiar, por otra parte, evoca el lugar en el que crecimos y donde nos inscribimos en una filiación, nos reconocimos en un cuerpo y aprendimos a nombrar de un modo común los afectos familiares. Y cualifica formas de la experiencia que remiten a aquel entorno propio e intransferible. Cuando esa cualidad es encontrada fuera de ese entorno, produce un sentimiento un poco extraño, de reconocer lo intimo fuera de lugar. Traigo el recuerdo del personaje Harry Haller de la obra el “Lobo Estepario” (de Hermann Hesse), cuando al comienzo del relato, anota:
“No sé cómo es esto, pero yo, el lobo estepario sin hogar, el enemigo solitario del mundo de la pequeña burguesía, yo vivo siempre en verdaderas casas burguesas. Esto debe ser un viejo sentimentalismo por mi parte. No vivo en palacios ni en casas de proletarios, sino siempre exclusivamente en estos nidos de la pequeña burguesía, decentísimos, aburridísimos e impecablemente cuidados, donde huele a un poco de trementina y a un poco de jabón y donde uno se asusta, si alguna vez se da un golpazo al cerrar la puerta de la casa o si se entra con los zapatos sucios. Me gusta sin duda esta atmósfera desde los años de mi infancia, y mi secreta nostalgia hacia algo así como un hogar me lleva, sin esperanza, una y otra vez, por estos necios caminos”.
Este personaje encuentra un contraste entre lo familiar de esos entornos y la vida exiliada en la que busca un sentido perdido. Desde ésta perspectiva lo familiar está siempre un poco idealizado y le da al pasado la cualidad de una experiencia efectivamente vivida. Y si lo familiar puede ser reencontrado, implica que primero ha sido perdido. Este par: perdido, reencontrado, es el que abre el juego a todas las variantes entre lo familiar y lo extraño. Aquí lo familiar se experimenta como nostalgia y es la forma del objeto perdido que se busca, a la vez que se rechaza. Esta temporalidad es la propia del deseo neurótico y se apoya en los signos identificatorios en los que se reconoce lo propio, incluido al yo con su delirio de ser “el mismo de entonces”.
Esta forma de la experiencia del tiempo es la más conocida y permite la intervención del analista que aprovecha la búsqueda de ese objeto perdido para revisar el trayecto.
Hay otra forma de la experiencia de lo familiar que es más difícil de abordar desde el análisis, se trata de aquella en la cual el pasado y el futuro están soldados por el sentimiento de lo familiar. Entonces lo contingente se anula y lo vivido adquiere el carácter de lo necesario. Esta temporalidad es lineal y considera homólogos el pasado y el futuro. Hay poco lugar para el futuro anterior, el tiempo que conviene a la clínica. Y que Jacques Lacan formulara como “aquel que debí haber sido para lo que estoy llegando a ser”. Un tiempo en el cual los acontecimientos del futuro están siendo modificados por acontecimientos del pasado de los que podríamos no saber su influencia. Y viceversa, ese futuro anterior, ya modificado, empezando a realizarse sin que aún lo hayamos reconocido. Esa apertura de un espacio a lo contingente, a la vez que anula los efectos de lo familiar, es una buena orientación para la experiencia clínica.

Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com
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