miércoles, 24 de octubre de 2018

"Prefiero la existencia a la extincion"(Sigmund Frued) - Octubre 2018

I N S T I T U T O   O S C A R   M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n   R í o   G a l l e g o s


"Prefiero la existencia a la extincion"
(Sigmund Frued)


(Texto a publicado en el diario La Opinión Austral, 24 de octubre de 2018)

Autor: Lic. Natalia Pelizzetti,( Miembro del IOM2 y Presidente de la ABAP)  
Lic. Cintya González.(Co-responsable del IOM2 – miembro de la ABAP).


 Publicamos a continuación fragmentos de una preciosa entrevista, concedida al periodista George Sylvester Viereck en 1926 en la casa de Sigmund Freud en los Alpes suizos, titulada: "El valor de la vida".

S. Freud: “Setenta años me enseñaron a aceptar la vida con serena humildad”.
Quien habla es el profesor Sigmund Freud, el gran explorador del alma. Los pocos años transcurridos entre mi última visita y la actual, multiplicaron las arrugas de su frente. Intensificaron la palidez de sabio. Su rostro estaba tenso, como si sintiese dolor. Su mente estaba alerta, su espíritu firme, su cortesía impecable como siempre, pero un ligero impedimento en su habla me perturbó. Parece que un tumor maligno en el maxilar superior tuvo que ser operado. Desde entonces Freud usa una prótesis, lo cual es una constante irritación para él.
S. Freud: “Detesto mi maxilar mecánico, porque la lucha con este aparato me consume mucha energía preciosa. Pero prefiero esto a no tener ningún maxilar. Aún así prefiero la existencia a la extinción. Tal vez los dioses sean gentiles con nosotros, tornándonos la vida más desagradable a medida que envejecemos. Por fin, la muerte nos parece menos intolerable que los fardos que cargamos”. S. Freud se rehúsa a admitir que el destino le reserva algo especial.
S. Freud: “¿Por qué (dice calmamente) debería yo esperar un tratamiento especial? La vejez, con sus arrugas, llega para todos. Yo no me rebelo contra el orden universal. Finalmente, después de setenta años, tuve lo bastante para comer. Aprecié muchas cosas -en compañía de mi mujer, mis hijos- el calor del sol. Observé las plantas que crecen en primavera. De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. En otra ocasión encontré un ser humano que casi me comprendió. ¿Qué más puedo querer?”
G S Viereck: Usted tiene una fama. Su obra prima influye en la literatura de cada país. Los hombres miran la vida y a sí mismos con otros ojos, por causa suya.
S. Freud: …”La fama llega cuando morimos y, francamente, lo que ven después no me interesa. No aspiro a la gloria póstuma. Mi virtud no es la modestia”.
George S Viereck: ¿No significa nada el hecho de que su nombre va a perdurar?
S. Freud: “Absolutamente nada, es lo mismo que perdure o que nada sea cierto. Estoy más bien preocupado por el destino de mis hijos. Espero que sus vidas no sean difíciles. No puedo ayudarlos mucho. La guerra prácticamente liquidó mis posesiones, lo que había adquirido durante mi vida. Pero me puedo dar por satisfecho. El trabajo es mi fortuna.” (Estábamos subiendo y descendiendo una pequeña elevación de tierra en el jardín de su casa. Freud acarició tiernamente un arbusto que florecía). “Estoy mucho más interesado en este capullo que de lo que me pueda acontecer después de estar muerto”.
G S Viereck: ¿Entonces usted es, al final, un profundo pesimista?
S. Freud: …”El impulso de vida o el impulso de muerte habitan lado a lado dentro nuestro. La muerte es la compañera del Amor. Ellos juntos rigen el mundo. Esto es lo que dice mi libro "Más allá del principio del placer". En el comienzo del psicoanálisis se suponía que el Amor tenía toda la importancia. Ahora sabemos que la Muerte es igualmente importante. Biológicamente, todo ser vivo, no importa cuán intensamente la vida arda dentro de él, ansía el Nirvana, la cesación de la "fiebre llamada vivir"… el objetivo último de la vida es la propia extinción”.
G.S. Viereck: A veces imagino si no seríamos más felices si supiésemos menos de los procesos que dan forma a nuestros pensamientos y emociones. El psicoanálisis le roba a la vida su último encanto, al relacionar cada sentimiento a su original grupo de complejos. No nos volvemos más alegres descubriendo que todos abrigamos al criminal o al animal.
Antes que usted inventase el psicoanálisis, no sabíamos que nuestra personalidad es dominada por una hueste beligerante de complejos cuestionables. El psicoanálisis vuelve a la vida como un rompecabezas complicado.
S. Freud: “De ninguna manera. El análisis nos enseña apenas lo que podemos soportar, pero también lo que podemos evitar…El psicoanálisis vuelve a la vida más simple. Adquirimos una nueva síntesis después del análisis. El psicoanálisis reordena el enmarañado de impulsos dispersos, procura enrollarlos en torno a su carretel. O, modificando la metáfora, el psicoanálisis suministra el hilo que conduce a la persona fuera del laberinto de su propio inconsciente. El psicoanálisis por lo menos, jamás cierra la puerta a una nueva verdad”.
"No me haga parecer un pesimista -dice Freud, al finalizar la entrevista, después de un apretón de manos. Yo no tengo desprecio por el mundo. ¡No, yo no soy un pesimista, en tanto tenga a mis hijos, mi mujer y mis flores!. No soy infeliz, al menos no más infeliz que otros".

Bibliografía: Blog EOL conexiones. Publicación 7/5/18 - George Sylvester Viereck, periodista del "Journal of Psichology" año 1926 publicada en N.York en 1957. (*) Se publicó por primera vez en el volumen de "Psychoanalysis and the Fut", en New York en 1957 . Traducción al castellano, Miguel Angel Arce. Publicada en 2006 en http://www.revistavirtualia.com/articulos/610/entrevistas/el-valor-de-la-vida

Auspicia: Colegio de Psicólogos de la Provincia de Santa Cruz
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lunes, 22 de octubre de 2018

Boletín Finisterre N°36 - 2018

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Tenemos el agrado de anuncia la publicación del nuevo número del Boletín Finisterre, el cual comparte no sólo el nombre sino el esritu de este blog.
En él se encontrarán diversos artículos de divulgación psicoanalítica, cuyos autores son miembros de la Delegación e invitados afines a la causa psicoanalítica, que aportan a la excelencia de nuestros debates actuales.



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miércoles, 10 de octubre de 2018

"La escuela y el desafío de la inclusión educativa" - octubre 2018

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"La escuela y el desafío de la inclusión educativa"

(Texto a publicado en el diario La Opinión Austral, el día 10 de octubre de 2018)

Autor: Psp. Sandra Guiguet; Lic. Araceli Navarro.
Miembro de la Delegación Río Gallegos del I.O.M.2 y de la A.B.A.P.

Desde la nueva ley de educación 26.206 que implementa la obligatoriedad de la escuela secundaria hay un llamado a la inclusión. Pero el mismo se presenta como un universal bajo el lema: educación para todos y que nadie quede afuera de las escuelas. En todo discurso se procura una homogeneización, todos iguales sin excepción. E inclusive, muchas veces, la ciencia redobla la apuesta ya que, en esta actualidad reinante, establece que todo lo que no entra en la categoría de lo universal, de la norma, es rechazado al punto a veces, de nombrarlo como un trastorno, para lo cual la industria farmacológica ofrece  su correspondiente medicación.
En su discurso, la escuela vehiculiza una demanda, siempre se espera algo del niño y el adolescente: que siga las consignas, que estudie, que respete las pautas de convivencia, etc. Pero es una demanda que necesita del consentimiento del alumno lo que llevará un tiempo, que el docente no podrá controlar, es decir, no sabrá a ciencia cierta cuándo éste dará su consentimiento.
Entonces, la escuela es un lugar que está regulado, allí no se puede hacer cualquier cosa, lo que pone en evidencia la importancia de la ley en el discurso social, en tanto regulación y orientación necesarias para el sujeto.
La educación es una oferta, que aspira a crear consentimiento que se da en la medida que existe la posibilidad de velar, de mostrar, de entretejer sus marcas en esa oferta y eso es lo que el docente deberá promover. Para que un sujeto aprenda, es necesario que el Otro este allí, con su interés motivado causado, si no es así por más que tenga el curriculum ideal es letra muerta. Si se pudiera hablar del deseo del educador es lo contrario a homogeneizar es la atención a lo particular de cada alumno, a los avatares de su hacer con la oferta educativa: como la toma, la recrea, la transforma, la rechaza… que lo aloje haciendo uso de la transferencia, que se le atribuya un saber ya que sin esto no hay vínculo educativo. El docente se sirve de la transferencia, la utiliza para hacer pasar su mensaje, para transmitir su enseñanza.
Las instituciones educativas funcionan en esta tensión entre, aquello que es el cimiento de la escuela, la regulación, la renuncia, la interdicción, y el “cada uno” de los alumnos, con sus diferentes respuestas. Por eso siempre es importante señalar, en este punto, “lo imposible” en juego en esta relación, algo siempre se escapa.
Por otro lado tenemos que el vínculo educativo al igual que todos los vínculos entre las personas, es algo que se crea porque no traemos al nacer un saber sobre como relacionarnos con los otros.
En esa vía, las instituciones son reguladoras de los lazos y en eso tiene un papel preponderante la institución educativa con sus ideales, normas y reglas, que se propone como un orden establecido universalmente. Frente a esto no podemos descuidar que el sujeto pone en juego su singularidad a través de una trama de identificaciones y desde un modo de satisfacción particular.
Este modo de estar en el mundo de cada quien, se pone en juego, en la manera de presentación de cada sujeto; en su modo de hacer lazo social con otros, y también en el modo que cada sujeto responde ante aquello que representa un orden establecido, por ejemplo la institución educativa.
¿Cómo pensar la singularidad, la permanencia de esos niños y jóvenes con un singular modo de estar en la vida, que no entran en el modo universal que se intenta imprimir desde institución escolar?
Nos encontramos con que las crisis de las instituciones hace que se desdibujen sus límites, respecto a ello Hebe Tizio (2003) expone: “lo interior y lo exterior se han vuelto indiscernibles, se ha perdido su especificidad. La pérdida de lo especifico de los discursos afecta a todas las instituciones, pero si en el caso de la educación, esta pierde su relación con el saber, con la cultura, lo que queda no es educación sino control social, segregación”
Si la institución escolar experimenta actualmente una crisis en su relación con el saber y no hay una oferta educativa, quedaría controlar ¿controlar qué? El modo de goce singular los estilos de vida ¿Segregar qué? El modo de estar en la vida que no entra en el modo universal supuesto. Y siguiendo en esta línea, podríamos entonces vislumbrar rápidamente cómo los síntomas son leídos como trastorno. ¿Trastornos que habrían de acallarse? El psicoanálisis más bien los invitaría a hablar.
Respecto a la singularidad, el modo singular de cada uno, aquello que hace a lo más propio, la diferencia, entonces, aparece como imposible de ser incluida y puede observarse bajo una lectura de ser aquello que no funciona, que no llega, que le falta para…, es decir, como aquello que no completa, que no logra el “para todos, lo mismo”. El psicoanálisis propone leer eso que no funciona, como un síntoma a abrir, a interrogar, a desplegarse en sus propios tiempos y significaciones.
Incluir la singularidad para que el sujeto pueda insertarse en la ley de grupo como, modo posible de humanizar el lazo.
Por ello la importancia de la tarea educadora, como la búsqueda y la apertura de lugares de conversación, con otros discursos que alojan niños y adolescentes; para producir un paso, algo nuevo en el saber, como un modo de tratar lo imposible, que produce un llamado, un empuje a conversar, a preguntar, a intercambiar con otros. Teniendo en cuenta que el resultado que se alcance nunca resultara completamente satisfactorio al decir de Freud en su enunciación de las tres profesiones imposibles: gobernar, educar y psicoanalizar.



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