I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
NOTAS SOBRE LA AUTORIDAD
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 25 de Abril de 2012)
Autor: Lic. Ariel San Román
(Co-Responsable del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)
– Puede
ser que, hoy por hoy, escuchar la frase: “¡La
autoridad está en crisis!”
tenga algo de tedioso, repetitivo y –me
atrevo a enunciarlo–
de retro. Pero no por ello podemos negar que esta problemática y su
malestar, aún están en plena vigencia en diversos ámbitos de
nuestra cotidianidad, sea en lo político, educativo, religioso,
familiar, social, etc.
Ahora
bien, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la autoridad?
– Revisemos
su etimología. La palabra autoridad
viene del latín auctoritas;
se derivó de auctor,
cuya raíz es augere,
que significa aumentar, promover, hacer progresar. Desde este punto
de vista, autoridad es una cualidad creadora de ser, así como su
progreso. Se aplicó este vocablo al presitigio moral, a la capacidad
o superioridad de una persona en función de una determinada
actividad o saber. También se la aplicó a la fuerza de convicción
o poder demostrativo de una cosa. Por esta misma vía, autor
significa fuente, instigador o promotor. Si la raíz de éste viene
de augere,
un autor no tiene la obligación de crear nada, sólo tiene que
perfeccionar algo que ya existía y luego promoverlo.
En
nos lleva a plantear que el dedo inquisidor que tanto apunta a los
niños, adolescentes, jóvenes, nuevas generaciones, etc., como unos
imberbes que no respetan a la autoridad, tendría que comenzar a
señalarse a sí mismo en el espejo e interrogarse sobre sus
falencias a la hora de promoverla.
Por
el lado más llano, autoridad
refiere
a que algo (un acto, una obra, un dicho, etc.) tiene un