miércoles, 28 de febrero de 2018

Una introducción a la cuestión intersexo - Febrero de 2018

I N S T I T U T O   O S C A R   M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n   R í o   G a l l e g o s


UNA INTRODUCCIÓN A LA CUESTIÓN INTERSEXO
(Texto a publicado en el diario La Opinión Austral, el día 28 de Febrero 2018)

Autor: Lic. Ariel San Román
(Miembro de la Delegación Río Gallegos del I.O.M.2 y Miembro de la A.B.A.P.)

Si tenemos en cuenta la construcción de las siglas que agrupan a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género disidentes (en tanto por fuera de la categoría moderna cisgénero: término que se utiliza para describir personas cuya identidad de género y sexo biológico coinciden), puede observarse que hay una evolución histórica cuyo resultado es ir agregando nuevas letras, siendo el correlato de los reclamos de diferentes agrupaciones que exigían su participación en los diferentes movimientos activistas que debatían y luchaban por sus derechos políticos y sociales. Primero LGB (lesbianas, gays y bisexuales), luego LGBT (agregándose la categoría trans) y, por último -en relación al tema que nos ocupa, ya que se le siguen agregando o modificando letras- LGTBI. Bajo esta I, se agrupan los sujetos que se denominan intersexuales.
En esta acumulación progresiva, puede ya percibirse que la cuestión intersexo se agrega recientemente a los debates sobre los derechos humanos en relación a la orientación sexual y la identidad de género.
“Intersexo es otro término amplio para referirse a una variedad de condiciones biológicas en donde la persona nace con estructuras reproductivas, sexuales o cromosómicas que no parecen encajar con las definiciones típicas de femenino o masculino” (“Guía del activista para usar los Principios de Yogyakarta”, link: http://ypinaction.org). El sujeto intersexo, en su definición estricta, nace con una ambigüedad anatómica en sus genitales, presentando características genéticas y fenotípicas que no pueden adscribirse de manera certera en la tipología binaria macho y hembra (prescindimos de las categorías varón y mujer, ya que dichos términos traen aparejado connotaciones de género), lo que genera una dificultad al momento de asignarle un sexo.
En la diversidad de artículos que tratan sobre el tema, se encuentra que, ante el nacimiento de un sujeto con estas características, se precipita una intervención quirúrgica temprana para remediar tal ambigüedad. Dicha intervención, responde a la urgencia del discurso médico -particularmente- o familiar, sin que hubiera un criterio claro y consensuado. Siendo el prejuicio, en los casos constatados, lo que orienta tal intervención ante la prisa por tener que restaurar el orden establecido que dicha ambigüedad viene a trastocar. El destino de la

miércoles, 14 de febrero de 2018

Vergüenza, ¡quedar al descubierto! - Febrero de 2018

I N S T I T U T O   O S C A R   M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n   R í o   G a l l e g o s


VERGÜENZA: ¡QUEDAR AL DESCUBIERTO
(Texto a publicado en el diario La Opinión Austral, el día 14 de Febrero 2018)

Autor: Lics. Cintya González  y Natalia Pelizzetti
(Co-responsable y Miembro de la Delegación Río Gallegos del I.O.M.2 y Miembro de la A.B.A.P.)

El pudor, la vergüenza y la timidez son sentimientos de incomodidad para la propia persona que lo experimenta y también para quienes participan de la situación que despertó tal incomodidad.  Si bien, tanto el pudor y la vergüenza expresan que algo de lo íntimo de la persona queda develado, sin haber podido evitarlo, podríamos decir que la timidez tiene que ver con la actitud de mantenerse en reserva. Muchas personas son catalogadas como “reservadas”.
Es interesante averiguar qué función cumple la vergüenza, la timidez y el pudor en los seres humanos para poder analizar qué connotación tiene para cada uno experimentarlos, y no ir directamente a tratar de eliminarlos o pensar inmediatamente que eso es una enfermedad, ya que eso no nos aportaría ningún saber, simplemente por resultar incómodos.
Lacan y Freud hacen algunas distinciones al respecto, que son retomadas en un texto de Luciano Lutereau* en el cual, plantea que la timidez, en los casos más extremos de inhibición,  responde a temores de ser perseguido – y se pone en juego  la dimensión omnipresente de la mirada. Quizá podría pensarse aquí en un resabio de ese temor infantil, patente en el Hombre de las ratas, de que los padres supieran sus pensamientos sin que él los hubiera declarado (Cf. Freud, 1909, p. 131). Puede pensarse a la timidez como una manera de  evitar el desarrollo de la angustia y de este modo, el sujeto queda en reserva. La timidez puede ser parte de la precaución ante la posibilidad del cumplimiento de un deseo, cuando la persona  necesita “tantear” y ensayar garantías antes de dar un paso en su realización.
La vergüenza vendría más bien a testimoniar del momento en que algo del goce privado hace irrupción en el espacio público. El sujeto avergonzado vacila en la situación de