jueves, 6 de noviembre de 2008

Seminario de Estudios Analíticos 2008

INSTITUTO OSCAR MASOTTA
DELEGACIÒN RÌO GALLEGOS


CLASE 26 DE JULIO 2008 "La Sexualidad"

El sábado 26 de julio, en la Delegación Río Gallegos, Ariel San Román y Mariana Filippo estuvieron a cargo de la cuarta clase correspondiente al módulo "La sexualidad".
Las siguientes preguntas orientaron el devenir de la exposición:
¿Qué es la sexualidad para Freud y qué variantes introduce Lacan?
¿Cuál es el uso de dicho concepto en la clínica?
Resulta sumamente significativo que el interés de Freud por la sexualidad, desde sus primeras publicaciones, responde a una preocupación diagnóstica y en consecuencia,terapéutica. Ariel San Román destacó que el contexto histórico en el que surgió la obra de Freud era contemporáneo al establecimiento de la sexología; disciplina cuyo fin consistía en delimitar científica y jurídicamente los parámetros de lo que se consideraba norma y patología en lo atinente a la actividad sexual humana.
Si bien Freud reconoció su deuda con dicha disciplina, su teoría de la sexualidad humana basada en la noción de libido transforma la significación de la oposición entre norma y patología, así mismo diferenció teóricamente su doctrina de cualquier paradigma conductista y naturalista de un «instinto genital» que despierta en la pubertad y tiene una finalidad biológica: la reproducción.
Lo sexual, con Freud, queda inscripto - allí donde hasta entonces era impensable- en la infancia y en el inconsciente. Vale decir, hay una incidencia determinante en el ser humano de un orden libidinal inconsciente lo cual amplia la noción de sexualidad. Ésta no solamente hace referencia al placer dependiente del funcionamiento del órgano genital, sino a todo un campo de excitaciones y actividades preliminares que producen una satisfacción del orden del placer no reductible a la
cancelación de una necesidad biológica fundamental. Freud descubre y subraya que la función sexual en el ser humano no está compuesta por un instinto sexual con objeto y meta predeterminados sino por pulsiones parciales, poniendo en relevancia lo que él descubre en la experiencia de la cura psicoanalítica: el sentido sexual inconsciente de los chistes, los lapsus, los actos fallidos, los sueños y los síntomas que en un sujeto atestiguan de su deseo inconsciente. Al observar que las fantasías organizadoras de la vida libidinal, despliegan y muestran las modalidades inconscientes según las cuales se ordenan las conductas sexuales y también la posición, la existencia, las elecciones de objeto y las actividades de un sujeto, Freud abre el camino a la concepción de que lo pulsional está determinado histórica y subjetivamente. Dichas modalidades de organización de la vida libidinal y su dinámica, son orientadas y estructuradas por el dispositivo simbólico del Edipo y la castración. Una «disposición perversa polimorfa» es entonces el régimen normal de la sexualidad infantil, del que derivan tanto la sexualidad normal como la sexualidad perversa del adulto.M. Filippo señaló que en las conferencias de Introducción al Psicoanálisis, Freud trata de articular la vertiente del inconciente, del sentido junto con la vertiente libidinal, de la satisfacción. Esta tarea es retomada por Lacan quien sostiene que lo que se opone al decir todo es lo mismo que se opone a la realización plena de lo sexual. Por lo tanto, la parcialización de lo pulsional es inherente a la captura del ser humano en el lenguaje. En el transcurso de la exposición se realizó una revisión de los conceptos de libido y pulsión. En relación a la libido, se la conceptualizó como la energía psíquica de las pulsiones sexuales que encuentra su régimen en términos de deseo, de aspiraciones amorosas, y que da cuenta de la presencia y de la manifestación de lo sexual en la vida psíquica. Al enfatizar el carácter económico y dinámico de la misma, plantea que la sexualidad, lejos de estar instalada de entrada, está sometida a un desarrollo y atraviesa una serie de fases o estadios. Con respecto a la pulsión, se enfatizó la diferencia con el instinto. Se detalló el corte epistémico que implica la noción de pulsión de muerte -introducida por Freud en 1920- en tanto encuentra en la clínica una compulsión que lleva a los sujetos a situarse de manera repetitiva en situaciones dolorosas, réplicas de experiencias antiguas. La pulsión de muerte se convierte entonces en prototipo de la pulsión, cuya especificidad reside precisamente en ese movimiento regresivo de retorno al estado anterior. Se articulan las incidencias clínicas que este giro fundamental en el psicoanálisis provoca y subvierte.

Ariel San Román – Mariana Filippo

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