I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
ENURESIS, UN MOTIVO DE CONSULTA FRECUENTE
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 05 de Febrero de 2014)
Autor: Lic. Claudia Castillo (Bs. As.)
(Analista Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Escuela de Orientación Lacaniana, Miembro del Consejo de Gestión del Centro Descartes e Interlocutora del I.O.M.2 - Delegación Río Gallegos)
La
enuresis es un motivo de consulta frecuente en nuestra práctica. Se
llama enuresis a la falta de control en la emisión de orina, que se
manifiesta en niños de más de cuatro años. La mayoría de los
autores que estudian el tema, llaman enuresis primaria a aquellos
casos en los que el niño nunca controló esfínteres y enuresis
secundaria a los casos de niños que, habiendo controlado, vuelven a
perder el control adquirido. Los pediatras adoptan posiciones
diversas con respecto a este tema, algunos prefieren sugerir a los
padres consejos técnicos sobre como adiestrar a sus hijos respecto
de esta adquisición. Otros, sugieren esperar un tiempo más, aún
después de los cuatro años; otros, teniendo en cuenta el perfil de
la familia, sugieren la consulta con el psicólogo o el
psicoanalista.
Los
niños no parecen preocuparse demasiado hasta que les molesta a ellos
o comienzan a avergonzarse frente a sus pares. Cuando surgen los
campamentos o pijamas party, los pequeños, que hasta entonces sólo
molestaban a sus madres y padres mojando las sábanas, comienzan a
inquietarse y es entonces, cuando pueden realizar algún tipo de
pedido; "llevame
a ver a alguien que me ayude con esto".
En
cuanto a Freud, ubica a la orina en relación con la conquista del
fuego, como uno de los fundamentos para la creación de la cultura y
comienza a analizar el tema a partir del desciframiento de los
sueños.
A
pesar de que en la actualidad la pediatría no puede negar la
existencia de la sexualidad infantil, son pocos los que recuerdan que
Freud relaciona la enuresis con la masturbación infantil y con
excitaciones vividas en la primera infancia. Podríamos pensar que
alguna
satisfacción hay en juego, en tanto no es tan fácil para algunos niños renunciar a este síntoma en apariencia tan molesto. Por otra parte, muchos autores -uno puede verificarlo en la clínica- afirman que la enuresis o bien desaparece mágicamente después de unas pocas entrevistas o bien se vuelve un síntoma persistente.
satisfacción hay en juego, en tanto no es tan fácil para algunos niños renunciar a este síntoma en apariencia tan molesto. Por otra parte, muchos autores -uno puede verificarlo en la clínica- afirman que la enuresis o bien desaparece mágicamente después de unas pocas entrevistas o bien se vuelve un síntoma persistente.
También
habría que diferenciar, en la enuresis, a los niños de las niñas.
En los varones el síntoma es más frecuente y a veces es más
compleja su duración. En las niñas parece deberse a una forma de
satisfacción más ligada con una equiparación a los varones.
Muchas
veces, el niño o niña, son traídos a la consulta por un problema
de enuresis y parecen no tener demasiadas cosas para comentar, puede
que se avergüencen frente a sus problemas, o lo cuenten sin
demasiadas vueltas, pero les cuesta pensar de qué modo pueden estar
implicados en eso; sólo si eso se convierte en algo penoso para él
o ella, se puede enlazar dicho síntoma en una cadena asociativa y
así derivará en otras cosas más importantes ligadas a su historia,
sus anhelos, sus decepciones, etc.
Sin
embargo, hay otros métodos supuestamente más rápidos y eficaces
para curar la enuresis; existen unos sensores que se colocan en la
ropa interior y que al entrar en contacto con la primera gota de
humedad comienzan a sonar, el niño entonces se despierta y, como el
famoso perro del experimento de Pavlov, se dirige al baño.
Ciertos
psiquiatras y neurólogos infantiles prefieren, sin más, indicar
antidepresivos tricíclicos para "controlar
el trastorno".
También se utilizan otros tratamientos en los cuales se usa una
hormona antidiurética, intranasal antes de acostarse, sus resultados
y efectos colaterales aún no han sido del todo comprobados.
Finalmente,
si bien la enuresis es un trastorno frecuente en la infancia, que a
veces remite, sin tratamiento alguno, en el caso de que persista más
allá de ciertos límites y que genere un malestar en el niño, puede
ser tratado con eficacia por el psicoanálisis, atendiendo a la
singularidad de cada pequeño sujeto.
Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
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E-mail: bapriogallegos@gmail.com
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