I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
LOS NIÑOS, UN PROBLEMA I
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 03 de Julio de 2013)
Autor: Lic. Claudia Castillo
(Interlocutora del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)
- Hace algunos años, en el marco del instituto Oscar Masotta me invitaron a hablar sobre los “niños problemáticos” (1); las especulaciones de entonces en torno a la infancia no dejan de tener vigencia hoy, sólo se agregan nuevos trastornos para nombrar lo que le ocurre a los niños.
- En principio habría que decir, que no sé si existen en realidad “los niños problemáticos”; existen niños con problemas. A su vez habría que poder ubicar cuando un niño tiene problemas o un problema en particular, ¿esto es problema para quién?. ¿Para el niño, para los padres o para la escuela? Tal vez habría que poder discriminar primero de qué clase de problema se trata y si esto afecta genuinamente al niño o no.
En una nota del diario La Nación del verano del 2003, dos psicólogas especialistas en niños y adolescentes se preguntaban ¿cuándo llamar a un psicoanalista de niños? Si bien tal vez no estoy de acuerdo con todo el desarrollo posterior de la nota, la pregunta es buena y pertinente. Lo primero que abordaban, poniéndolo en cuestión, es el hecho de que en general las preocupaciones por un niño se asocian al calendario escolar. El niño no presta atención, o es agresivo con sus compañeros o tiene dificultades de aprendizaje o se angustia en la escuela, pero -como también se enfatiza en la nota- “las dificultades no se toman vacaciones”.
- Entonces, es cierto que la escuela a veces detecta un problema de un niño, problema que tal vez los padres no pudieron o no quisieron ver. A veces dicho problema es algo ligado exclusivamente al ámbito escolar, a veces excede al ámbito escolar, pero los padres ya se han acostumbrado al problema del niño y tal vez dentro del ámbito de la familia determinada
cuestión no es un problema.
Esto ocurre con bastante frecuencia con el llamado fracaso escolar, la escuela tal vez valora y pone el acento sobre ciertas metas que en el hogar familiar no tienen la misma importancia. Si bien, el niño nace en un mundo de lenguaje que lo antecede, los modos en que un niño hace uso y se incorpora a la lengua del Otro son particulares y hacen a un contexto familiar, el niño es fonetizado (dice el psicoanálisis) en el seno de una familia y seguramente esa familia tiene determinados hábitos, costumbres y usa determinadas palabras. Por ejemplo muchas dificultades de lenguaje solo aparecen como problema en la escuela. Por que tal vez, si la mamá entiende al niño, considera que habla bien.
Por supuesto que la familia no es lo único que influye. El encuentro que tenga el niño con determinadas personas y con determinadas palabras, que resuenen para él de modo particular, será importante.
- Por eso, a mi entender, a pesar de toda la desvalorización que pesa sobre el sistema educativo, la escuela tiene el mérito de posibilitarle al niño ciertos “encuentros”, con determinadas personas, autores, referencias, etc. que tal vez en el seno de la familia no hubieran sido posibles. No sólo la escuela, también la televisión por ejemplo. Muchas veces se critica desde la psicología más superficial a la televisión pero se olvida el universo al que el niño puede acceder a través de la televisión. Un niño puede acceder a saber en La Rioja, en Salta o en Tucumán, sobre lo que hace o que come un niño en Tailandia y mucho más.
- Entonces volviendo a nuestro punto específico hay un niño o niña en la escuela que presenta determinado problema: “se distrae”. La escuela pide a los padres que se realice una consulta. Los padres deberán evaluar si están de acuerdo con la escuela respecto a esta manifestación. A veces los padres dicen: “no estoy de acuerdo en que se distraiga ya que pasa horas frente a la computadora y no se distrae”; aunque convengamos que no es lo mismo.
Supongamos en que padres y escuela están de acuerdo en que algo pasa y los padres piden una entrevista con un psicoanalista en ese caso habrá que discriminar bien qué le pasa al niño, más allá de la queja que recae sobre el.
Esto lo continuaremos en la próxima entrega de este artículo, dentro de quince días.
Nota: (1) Conferencia pronunciada en La Rioja, “Los niños problemáticos. Inhibiciones, síntomas y angustia en la infancia”. Junio, 2005.
Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis.
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com
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