I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
FUENTES FILOSÓFICAS DEL AMOR
(TEXTO COMPLETO)
(TEXTO COMPLETO)
(Texto publicado -parcialmente- en el diario La Opinión Austral, el día 31 de Julio de 2013)
Autor: Lic. Mariana Filippo
(Responsable del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)
Al dictarse en el año 2004 el Seminario de Estudios Clíncos “El Amor en Psicoanálisis”, con el fin de introducir el tratamiento de la transferencia en el Seminario 8 de Lacan, la delegación invitó al Prof. En Filosofía Denis Velásquez, con la interlocución de Leonor Lozano. El disertante orientó la lectura de “El Banquete” de Platón y nos dejó la siguiente reseña:
"El Banquete" es un diálogo de madurez de PLATÓN donde expone su propia doctrina elevándose por encima de sus primeros escritos socráticos.
La acción transcurre en una cena celebrada en honor del poeta trágico AGATÓN para festejar la obtención del agón (perfección) trágica obtenida la noche anterior en la plaza pública, al final PLATÓN hace hablar a SÓCRATES quien es portador del agón (perfección) discursiva o filosófica. Con esto PLATÓN pone en evidencia su tesis, expresada en «La República», de la primacía de la filosofía sobre la poesía.
Literariamente es un diálogo de estilo indirecto en el cual APOLODORO es el narrador pero no porque estuviera el presente, sino porque a él se lo contó ARISTODEMO.
ARISTODEMO se tropezó con SÓCRATES cuando éste iba de camino al banquete y deciden ir juntos, pero por el camino SÓCRATES se fue quedando un poco atrás y ARISTODEMO entró finalmente solo al banquete en la casa de AGATÓN. Luego de esperar un rato la entrada de SÓCRATES y al ver que no venía empezaron a comer, cuando iban por la mitad del banquete entró SÓCRATES, al verlo AGATÓN lo hizo sentar a su lado. Luego de comer el médico ERIXÍMACO propuso que marchara el flautista y que pasaran la noche en conversación, el tema sugerido por él fue el del Amor en razón de que FEDRO constantemente se quejaba de que hasta el momento los poetas griegos sólo habían considerado los aspectos destructivos de Eros en desmedro de sus aspectos “apacibles”.
En primer lugar habló FEDRO: su discurso se encuadra dentro del pensamiento mítico y los ideales de la cultura
heroica centrada en la pederastia. El Amor es un dios, el más antiguo según Hesíodo, y el más importante pues carece de progenitores, por acción de su influjo las restantes divinidades se unieron generando los restantes seres monstruosos o amables que pueblan el Cosmos. Después de esto dijo que el Amor es lo que hace a los hombres vivir honestamente pues provoca vergüenza ante la deshonra pues no hay peor cosa para un enamorado que ser descubierto haciendo un acto deshonroso por su amado, pero el Amor también hace surgir el “divino” valor que inspira a los hombres la virtud del sacrificio y el heroísmo. Así, el Amor tiene una doble acción en el alma del enamorado, es inhibitoria de los actos vergonzosos y propulsora de los actos nobles. FEDRO sitúa la acción divina del Amor en el alma del amante y no en la del amado; a su vez vincula el Amor con el heroísmo relacionándolo con el deseo de inmortalidad ínsito en todo ser humano.
Luego PAUSANIAS ahonda la vinculación del Amor con la pederastia y los aspectos constructivos de esto. Afirma que no hay Amor sin Afrodita y como hay dos Afroditas habrá por lo tanto dos Amores: uno de ellos viene de la Afrodita Pandemo (Vulgar) y consiste en el instinto sexual indiferenciado que puede dirigirse hacia el sexo opuesto o el mismo sexo [PAUSANIAS suscribe la tesis freudiana del polimorfismo sexual inicial] y el otro proviene de Afrodita Urania (Celeste) y consiste en el instinto sublimado que se dirige exclusivamente hacia los varones pero poniendo interés no el en cuerpo sino en el alma del amado y estableciendo la superioridad de la pederastia sobre otras formas de Amor.
A continuación le tocaba hablar a ARISTÓFANES pero se encontraba con hipo y cedió el turno al médico ERIXÍMACO. El enfoque desde el cual quiere abordar la cuestión del Amor es científico-naturalista y metodológicamente sigue el precepto de que para conocer las partes es menester primero conocer la totalidad de ahí que considere que el Amor humano es una manifestación parcial del Amor cósmico que gobierna por igual a hombres, dioses y el universo todo. Siguiendo la idea de PAUSANIAS afirma que hay dos tipos de Amor pero los concibe según EMPÉDOCLES como Amistad/Discordia (Philotes/Neikos): uno bello que hace unirse a los contrarios entre sí y uno morboso que favorece la unión entre los semejantes. El Amor bello que impone armonía entre los contrarios es causa de la salud y del equilibrio ambiental; el Amor morboso que se rige por el egoísmo [narcisismo] conduce a la enfermedad y a los cataclismos [la muerte], esta última forma de Amor considerada mala en sí misma, es una idea del propio ERIXÍMACO ya que EMPÉDOCLES no la suscribiría. La medicina es como la música y contribuye a restaurar la armonía entre los elementos disonantes del cuerpo, este es un resabio de prácticas médicas pitagóricas [meloterapia]. La reducción del Amor en el discurso de ERIXÍMACO a términos puramente físicos deja de lado los aspectos psicológicos y metafísicos del mismo.
Justamente en esta última falencia se engancha el comediógrafo ARISTÓFANES. Para explicar el gran poder de Eros sobre los hombres recurre al viejo mito del andrógino sobre la forma esférica del hombre primitivo con 4 piernas, 4 brazos, 2 cabezas, 2 sexos [H-H, M-M, H-M]. Éstos se desplazaban a gran velocidad y amenazaron con atacar el cielo, por lo cual los dioses, temiendo a su titánica fuerza, los separaron en dos partes. El Amor nace entonces del anhelo metafísico del hombre por una totalidad de ser, inasequible para siempre a la naturaleza del individuo; se busca la otra mitad para completarse en un proceso de perfección del propio yo. Los H-M que fueron separados son hombres o mujeres que permanentemente están en la conquista o bien son adúlteros; las M-M son lesbianas; los H-H homosexuales. Estos últimos son los únicos que ARISTÓFANES como valientes, viriles y “hombres”, y expresión del Amor pero no físico sino espiritual.
Siguió el joven AGATÓN, de quien se dice que era un seductor de mujeres, criticando a sus predecesores por enfocarse en los beneficios que el Amor trae al hombre en vez de tratar de exponer su verdadera naturaleza. Para realizar esta última tarea aplica el principio arcaico de la semejanza: como el Amor se aposenta en las delicadas almas es delicado, como afecta a los jóvenes y bellos es joven y bello, etc. Así, Eros es el dios más delicado, joven [contra Fedro que decía que era el más antiguo], hermoso, feliz, virtuoso, poeta: en otras palabras, AGATÓN proyecta narcicísticamente en Eros su propia imagen. Esto último es otro desacierto de AGATÓN que confunde la naturaleza del Amor con la de la persona digna de ser amada en vez de buscarla en el amante. Todo su discurso es pobre de ideas pero está cargado de retórica culminando con un himno en prosa a las dotes de Eros que suscita el aplauso de los presentes.
Por último, habla SÓCRATES. El método de SÓCRATES consta de dos momentos: un primer momento negativo en el cual se dedica a refutar las creencias erróneas sobre el tema en cuestión y un segundo momento positivo en el cual expone su propia teoría en boca de algún interlocutor. Inicia su intervención refutando lo dicho por AGATÓN: si como todos aceptamos el Amor es un deseo y todo deseo es ansia de poseer lo que no se tiene, entonces como el Amor se dirige hacia lo bello, lo bueno, eso significa que el Amor no es ni bello ni bueno y por ello aspira a poseer la belleza y la bondad. Al exponer su propia doctrina sobre la naturaleza del Amor recurre al recuerdo de una conversación que SÓCRATES sostuvo con DIÓTIMA, la profetisa de Mantinea, en la cual le fue revelada la naturaleza del Amor. En el banquete celebrado por los dioses para festejar el nacimiento de Afrodita, Eros es gestado a partir de dos padres desiguales Riqueza (Poros -H) y Pobreza (Penía -M), este origen contradictorio hace que no sea ni hermoso ni feo, ni sabio ni ignorante, ni perfecto ni imperfecto, ni mortal ni inmortal; a raíz de todo esto Eros no puede ser un dios pero tampoco es un hombre, es un daimon [demonio, genio] que establece el vínculo [sindesmos] entre lo divino y lo humano. La naturaleza contradictoria de Eros describe perfectamente la situación del amante pero le sirve a PLATÓN también para ilustrar la posición del filósofo: el dios no filosofa pues posee suma sabiduría, el ignorante tampoco pues no sabe que no sabe, pero el filósofo sabe que no sabe y se consume en la búsqueda de aquello que desconoce [recordemos que el vocablo ‘filosofía’ significa el «amor» a la sabiduría].
Luego de exponer la naturaleza del Amor, DIÓTIMA pasa a analizar su utilidad para el hombre la cual, a diferencia de los anteriores expositores, no es encontrada en sus efectos sociales [FEDRO: heroísmo, PAUSANIAS: abnegación] sino en la aspiración del hombre a la felicidad (eudemonía). La felicidad se encontrará en la posesión del bien supremo, así el Amor es Amor del Bien, y esta voluntad de perfección es el impulso hacia la verdadera realización de la naturaleza humana: la aspiración a formar el verdadero hombre dentro del hombre, o sea, el filósofo. Pero DIÓTIMA no descuida el aspecto finito del Amor y entonces señala que se manifiesta también en el impulso de procreación por el cual el hombre, al saberse finito, busca perpetuarse físicamente para dejar en el mundo un ser corporalmente igual a sí mismo; esta paternidad de la carne debe ser superada procurando su manifestación más excelsa que es la paternidad espiritual, quien pare almas no es sino el filósofo el cual perduran no sólo a través de sus hijos sino, lo más importante, a través de sus discípulos.
Hacia el final de su discurso DIÓTIMA revela el verdadero sentido del Amor como un permanente ascenso de lo físico a lo espiritual, se avanza por grados movido por un impulso interior o conducido por otro reservando a todo este proceso el nombre de «pedagogía». Aquí no hay que pensar en la acción educativa del amante sobre el amado [PAUSANIAS] sino como la fuerza propulsora que se convierte en educadora para el propio amante haciéndolo remontarse desde el escalón más bajo hasta el más alto: de la admiración de la belleza física en un determinado ser humano [enamoramiento] el amante se percata de que esa belleza se hermana con la belleza presente en otros seres humanos y entonces pasa a amar la belleza en todos, para finalmente descubrir que todas ellas participan de una sola y única Belleza [la idea de lo Bello] que le permite cortar la relación de dependencia con un individuo determinado y con las bellezas sensibles pues esta idea de Belleza es invisible. Incluso le permite descubrir que la suprema Belleza no está en los seres humanos sino en las distintas ciencias y que entre ellas hay un saber supremo cuyo objeto es lo Bello como tal y esa es el matema. Para PLATÓN sólo es digno vivir la vida si transcurre en la constante contemplación de esta Belleza, el acto de contemplación como momento estático de encantamiento lo realiza el filósofo aunque recordemos que nunca éste logra apoderarse de su completa verdad pues ese es el anhelo que lo mantiene en una búsqueda permanente. Esta idea de Belleza no es sino la idea de Bien que en «La República» PLATÓN coloca como fin supremo del conocimiento humano y juntas designan la suprema areté (perfección) del hombre griego como bello y bueno a la vez (kalolagathía) que es el móvil de toda conducta humana emanado de su interior pero armónico con el móvil que rige en todo el Cosmos.
Cuando SÓCRATES termina su relato irrumpe en la casa ALCIBÍADES junto con otros amigos borrachos, aclamando a SÓCRATES como maestro en el sentido revelado por DIÓTIMA. En su discurso ALCIBÍADES se revela como un hombre enamorado de SÓCRATES pero que no es correspondido por éste como él desearía y a la vez como un hombre celoso de la posible preferencia de SÓCRATES por AGATÓN. Resulta paradójico para los presentes que un hombre bello y festejado como ALCIBÍADES ame a SÓCRATES que es viejo y feo, pero ALCIBÍADES lo compara con las estatuas de Sileno que esconden hermosas escultura de dioses. ALCIBÍADES expresa lo contradictorio del Amor, por un lado ama y admira a SÓCRATES pero por otro también lo odia por haberlo despreciado y parecer preferir a AGATÓN.
Más tarde estuvieron bebiendo se fueron quedando poco a poco dormidos, cuando despertó Aristodemo, vio que Sócrates, Agatón y Aristófanes seguían hablando, al rato se quedaron dormidos y Sócrates, siendo ya de día se marchó, realizó las tareas que tenía previstas para el día en el Liceo y por la noche se fue a su casa a dormir.
Mgr. Denis Velázquez
Sábado 6 de noviembre de 2004
Bibliografía: PLATÓN, «EL BANQUETE» (Navarra, Folio,1999).
Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis.
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com
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