I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
EL ESPECTÁCULO DEL HORROR
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 15 de Agosto de 2012)
Autor: Lic. Ariel San Román
(Co-responsable local del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)
A-
¿Recuerdan el suceso criminal ocurrido en Río Gallegos en el 2008,
donde partes de un cuerpo descuartizado aparecieron en la vía
pública? En aquella época, surgió un fenómeno particular: el
tráfico digital de la fotos que alguien tomo del cadaver ensamblado
en la morgue. Al ser interrogados los sujetos que participaban de
dicho tráfico, esa mostración –con
la exigencia a ser visto–
venía anudada a un estado de aburrimiento previo. Por estar
aburridos, se justificaban, era que participaban de ello.
Pero
este fenómeno no es sin un contexto. La propagación de la
violencia, donde el cuerpo fragmentado y/o despedazado esta implicado
(videos y fotos de horror, en todas sus manifestaciones), se ve
potenciada a partir de las plataformas y dispositivos tecnológicos
actuales. Al decir de Eric
Laurent,
no sólo la violencia se ha generalizado en el vínculo social, sino
que a ello se le suma el aumento y la eficacia de tecnologías que
propagan su campo de acción y trasmisión, al modo de un
espectáculo.
B-
La experiencia clínica nos muestra que la dignidad de los sujetos,
está marcada por una renuncia a ciertas satisfacciones primitivas y
primordiales. Caso contrario, los lazos sociales salubres y
respetables desaparecen de todo horizonte posible. Pero ocurre que
nos encontramos en una época donde la pasión por la ignorancia se
ha instalado en el discurso social. Es decir, hay un empuje hacia la
pereza que evita abrir el juego del sentido y encontrar Otros modos
de satisfacción que no arrastren al estrago o al autismo. Desde las pantallas se nos orienta, como imperativo, a modos de gozar
impuestos en aras a un supuesto ser que se equipara a la cantidad y
calidad de objetos que se puede comprar. Asistimos a la falsificación
y a la impostura del deseo, en tanto éste queda regulado por las
leyes del mercado.
Los ideales utilitarios y de consumo, se convirtieron en semblantes de autoridad que tienen como efecto la la apología expansiva del narcisisismo. Pero estos nuevos ideales, quedan cuestionados en su eficacia para ordenar y atemperar el sufrimiento de los sujetos. Peor aún, lo exacerban. Y uno de los efectos que lo denuncian, es el aburrimiento. Ante esta oferta masiva de gadgets, dispositivos y objetos para su consumo, nada conforma.
Los ideales utilitarios y de consumo, se convirtieron en semblantes de autoridad que tienen como efecto la la apología expansiva del narcisisismo. Pero estos nuevos ideales, quedan cuestionados en su eficacia para ordenar y atemperar el sufrimiento de los sujetos. Peor aún, lo exacerban. Y uno de los efectos que lo denuncian, es el aburrimiento. Ante esta oferta masiva de gadgets, dispositivos y objetos para su consumo, nada conforma.
C-
Sobre el aburrimiento, se deslindan dos vertientes a ser tenidas en
cuenta:
- Por un lado, como enfatiza Jacques Lacan, es el deseo de Otra cosa.
- Por el otro, al decir de Freud, es la estasis libidinal.
Con
respecto a la primera, podemos articularlo como efecto del
atiborramiento que provoca el Otro: una niña comentaba, “como
en mi casa me compran todo me aburro, porque no puedo decidir...”.
Con
respecto a la segunda, como efecto de la monotonía de la
satisfacción en su aspecto de autómata, siendo experimentada en el
estancamiento y uniformidad de la existencia: hay la ilusión de la
diversidad de modos de gozar, mientras que la satisfacción lograda
sigue siendo la misma, siempre la misma.
D-
Nos
encontramos en la época del Imperio de la Pantalla, anunciada en el
texto de George Orwell, “1984”, donde la noción de fetiche la
encontramos hoy desplazada y trasladada en la pantalla de los
celulares, mp4, etc.
Al
no operar estos nuevos Ideales como función de corte ante la
agresividad inherente entre los semejantes –más
bien, la potencia en una competencia a muerte–,
ésta se manifiesta en su modo privilegiado: el pasaje al acto
violento dirigido a otro.
En
la degradación de la constelación familiar, encontramos la
deficiencia -o la falta- de puntos de encuentro entre sus
integrantes, imperando el silencio o su reverso: el insulto. La
pasión por la indiferencia, aleja a los sujetos a querer saber algo
del resto de los integrantes y se evidencian los escollos para que
alguien pueda ubicarse ahí como figura de autoridad en su función
de orientación.
E-
Entonces, en ese continuum de aburrimiento, en ese manto de hastío
donde no se dispone de ningún recurso para confrontar y
arreglárselas con la angustia, el horror, en tanto espectáculo,
funciona como respuesta –momentánea
e ilusoria–
para provocar una interrupción en la realidad del sujeto, como un
modo de salir del contexto asfixiante y redundante del Otro.
Respuesta ineficaz, ya que esa conmoción sólo logra redoblar el
magma soporífero en el cual se encuentran inmersos. Ante el deseo de
Otra Cosa, se evidencia la falencia de estos nuevos ideales para
orientar el deseo y regular los modos de satisfacción.
F-
Ante esta situación, ¿qué ofrece el Psicoanálisis?
Como
dirección, tenemos la indicación de Sergio
Laia:
hacer valer la el rasgo subjetivo de lo particular de cada sujeto,
anudándolo con algo de lo vivo. Ante los sujetos desorientados por
una época donde la consistencia de la palabra y el ideal se ha
deflagrado, rescatar ese rasgo que los nomina como sujetos deseantes
introduce
un corte a ese lugar –como
agentes pasivos y alienados a un consumismo desenfrenado–
que el discurso social hoy les adjudica.
De
esta manera, se introduce una rectificación en la relación de los
sujetos con su mundo circundante. Apelar a esta estrategia, es
dignificar la operación que permite decir que no a los tratamientos
no efectivos del goce, para posibilitar la sustitución de
significaciones que vivifican al sujeto y lo rescatan de un encierro
mortifero.
Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis.
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com
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