INSTITUTO OSCAR MASOTTA
Delegación Río Gallegos
SEMINARIO DE ESTUDIOS CLÍNICOS:
EL PSICOANÁLISIS Y SU CLÍNICA, LOS DEBATES ACTUALES
Clase 6 - INHIBICIÓN, SÍNTOMA Y ANGUSTIA
A cargo de Ariel San Román
La inhibición: supone la restricción de una función pues ejecutarla produce angustia y sostiene que el Yo evita un conflicto, ya sea con el Ello o el Superyó. Mientras que en el síntoma hay un despliegue del conflicto, siendo el síntoma una solución. En la inhibición se incrementa la erogeneidad de una función. Aquí Freud se separa de la noción organicista de la función.
“Inhibición, síntoma y angustia” fue el título de la sexta clase del Seminario de Estudios Clínicos: El Psicoanálisis y su clínica, los debates actuales, llevado a cabo el jueves 28 de mayo, a cargo de Ariel San Román. Inhibición Síntoma y Angustia fue su referencia dado que allí Freud trató especialmente sobre la angustia, concepto con el cual podrá dar cuenta de la inhibición y el síntoma. Destacó además, que en su recorrido Freud, sitúa los giros que hasta ese momento tuvo su teoría y señaló la vigencia que estas nociones tienen en la clínica.
Las inhibiciones generalizadas, por ejemplo un duelo, ocurren frente a un gasto energético incrementado. Noción que condice con la de trauma.
Ariel S. R. establece un contrapunto entre la inhibición que evita el conflicto con el superyó y el caso descripto por Freud como delincuente por sentimiento de culpa. Una es el reverso de la otra. Mientras en la primera se inhibe una función por la culpa en el segundo, a fin de dar contenido a la culpa se comete un acto delictivo.
La angustia como señal: Es presentada en este texto como señal de displacer. El Yo necesita asustarse de sí mismo para poner en marcha la represión.
El síntoma se forma de retorno de la represión. La constitución del síntoma queda por fuera del Yo. Frente a la extraterritorialidad del síntoma el Yo tratará de reintegrarlo para sí. Ariel
S.R. destacó la relación del Yo con la síntesis: tiende, necesita y aspira a la integración.
Respecto del cuarto capítulo, Freud aplica al Caso Juanito la articulación entre la inhibición, el síntoma y la angustia en la fobia. El síntoma es la sustitución del padre por el caballo y en tanto tal, solución del conflicto. La noción de defensa, antes limitada a la represión, se amplía en este texto, con el de regresión. El “miedo a ser devorado” constituye la regresión de la instancia de castración. Se entiende por regresión el modo del yo para admitir un impulso intolerable. Esta regresión, si bien no angustia, provoca la furia del superyó.
Los síntomas obsesivos articulan un aspecto negativo, primitivo, defensivo, prohibitivo y otro positivo, satisfacción sustitutiva mediante la cual tratan de ser reintegrados al Yo.
La situación inicial de los síntomas histéricos y obsesivos es el Complejo de Edipo.
La defensa: La represión, predominante en la histeria, a nivel del discurso. Olvidos, etc
La regresión, en la neurosis obsesiva, la regresión libidinal, triunfo del yo sobre las exigencias de la libido y la formación reactiva.
Damián Ricardo pregunta por la regresión en la perversión. Isabel Jiménez refiere que el fetichismo, en tanto ejemplo de perversión, se instaura según Freud, en el momento anterior a la observación de la falta en la madre. Continúa Ariel S. R., en el síntoma obsesivo predomina inicialmente el aspecto negativo y luego el positivo se desarrolla. Cuanto más se extiende esta segunda faz, más tiende a la compulsión a la repetición, lo cual le resta voluntad al Yo.
En el capítulo 7 Freud señala que la represión fue posible en el caso Hans, en tanto la organización fálica había sido alcanzada. La represión tramita la moción agresiva. El síntoma permite al yo elaborar la angustia de castración. Equipara la neurosis obsesiva, histeria y fobias como respuesta frente a la castración.
La angustia en la adultez remite a la neurosis infantil. Un niño angustiado no necesariamente es neurótico de grande. Las condiciones de angustia lo van a acompañar para toda su vida. Freud concluye “El yo no logra sus tentativas, la escisión es ineludible”.No sólo tenemos la angustia como señal sino también, la angustia como expectación del trauma.. Con Lacan, en el Seminario 10, tenemos que aquello que no se puede poner en palabras, el encuentro con el agujero, angustia.
Kitty Vivanco pregunta qué registro hay de la angustia automática si no hay yo.
Se tratará de la subjetivación de la angustia, localizando el momento en que se produce.
Reseña: Mariana Filippo
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