I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
EL PSICOANALISTA EN EL ÁMBITO DE LAS INSTITUCIONES
(Texto a publicado en el diario La Opinión Austral, el día 02 de Noviembre de 2016)
Autor: Lic. Ariel San Román
(Responsable Local de la Delegación Río Gallegos perteneciente al I.O.M.2.)
(Responsable Local de la Delegación Río Gallegos perteneciente al I.O.M.2.)
A- Partimos de la base que
las Instituciones tienen una función normativa, son mecanismos de
índole social cuya función es ordenar y normalizar la conducta y el
comportamiento de un grupo de individuos, por medio de normas o
reglas, en pos de un bien social común que trasciende lo individual.
Por lo cual, toda institución se funda sobre un Ideal. Ideal de
armonización, podríamos agregar.
Para
el Psicoanálisis, desde que Sigmund Freud escribió “El malestar
en la cultura” en 1930, hay una axioma a priori: dicho malestar es
imposible de eliminar por completo. Por lo cual, se pone en jaque el
sostener ciegamente esos Ideales sobre los que se fundan las
instituciones.
El
Ideal se funda en la lógica de un “para-todos”, que excluye las
condiciones necesarias para que cada sujeto, inserto o atravesado por
una institución, pueda manifestar las particularidad de su
sufrimiento. No todo adicto, víctima de violencia de género, en
conflicto con las normas jurídicas, y todos los síntomas y
fenómenos contemporáneos que podamos citar, no todos se inscriben
bajo la misma lógica en su sufrimiento. No todos llegan de la misma
manera, por lo cual no todos pueden salir del malestar bajo la misma
égida. Para decirlo de otro modo: no todos responden al mismo
protocolo.
Una
de las funciones del Ideal es instaurar una medida de Tiempo (si no,
estaríamos en el ámbito de la Utopía). Tiempo social o tiempo
institucional, que no se corresponde al tiempo subjetivo de los
sufrientes. Y esta discordancia, esta no armonización entre las
partes, genera un malestar que, en caso de no elaborarse, puede
llevar a todo tratamiento y/o intervención posible (y no sólo hablo
de instituciones de salud mental) al rotundo fracaso.
Es
aquí que la presencia de un psicoanalista puede marcar la
diferencia. Ya que es en esto mismo, en este juego de palabras, su
función central dentro de las instituciones: marcar la diferencia.
Delimitar e introducir (en el armado de una estrategia terapéutica,
grupal, comunitaria, etc.) lo que la lógica del “para-todos”
excluye: la particularidad. Ese rasgo que diferencia a un sujeto (a
un grupo de ellos, etc.) y que lo hace diferente al resto de las
situaciones sobre las cuales una institución debe/tiene/puede
intervenir. El psicoanalista no
apuntaría a eliminar esa discordia temporal entre las partes, por que sabe que es imposible. Más bien, es en la puesta en tensión donde operará articulando el tiempo de tratamiento institucional con el tiempo de tratamiento del sujeto.
apuntaría a eliminar esa discordia temporal entre las partes, por que sabe que es imposible. Más bien, es en la puesta en tensión donde operará articulando el tiempo de tratamiento institucional con el tiempo de tratamiento del sujeto.
Para
ello, será indispensable renunciar a los tiempos que impone el
Ideal, que son puestos en la práctica bajo la rúbrica del
Protocolo. Por un lado, renunciar al Ideal de paciente; es decir, al
renunciar al paciente ideal que adscribiría sin resistencia a todas
y cada una de las indicaciones y sugerencias prescriptas por la
institución. Y por otro, al Ideal de salud; Freud ya nos advertía
que el “furor curandis”, el empujar a una salud que se cree
ideal, puede llevar a lo peor...
Esta
renuncia, que no es el estallido ni la muerte de la Institución, es
lo que permite que los tratamientos y/o intervenciones no queden
subsumidos al capricho ni del paciente, ni del terapeuta o
profesional a intervenir, ni de la Institución. Es hacer de las
reglas y normativas, necesarias a toda Institución, un uso
vivificante donde se aloje la particularidad del sufrimiento sobre el
cual intervenir, dando paso a un tratamiento que no será
-seguramente- un tratamiento ideal, pero sí será un tratamiento
posible.
Un
psicoanalista en el ámbito de la instituciones, en su posición de
extimidad (inserto dentro de una institución, pero no alienado a la
lógica de la misma), se dirige a reducir el malestar. Y para ello,
como nos indica Eric Laurent, se ubica como Analista Ciudadano: aquél
que participa democrática y sensiblemente ante las diversas formas
de segregación que marcan nuestra época.
B- En
concordancia con esta temática, la Delegación
Río Gallegos del I.O.M.2,
anuncia el último módulo del Seminario de Estudios Clínicos 2016,
titulado “La
Trama de lo Familiar, momento de concluir”,
que se llevará a cabo el sábado
05 de Noviembre, de 10:00 a 13:00 hrs. – Lugar:
Campus de la U.N.P.A. - U.A.R.G. - Sector A - Aula 14. El módulo
estará a cargo del Lic.
Ariel San Román, con la colaboración de las lics. Mariana Filippo y
Beatriz Cáceres. Informes:
bapriogallegos@gmail.com
– Blog:
http://iom-riogallegos.blogspot.com. – Facebook:
https://www.facebook.com/iom.riogallegos.
¡Los
esperamos!
Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com
Facebook: /iom.riogallegos
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