I N S T I T U T O O S C A R M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n R í o G a l l e g o s
¿SUEÑAN LOS CYBORGS CON UN GOCE QUE DESPIERTA?
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 22 de Octubre de 2014)
Autor: Lic. Ariel San Román
(Responsable de la Delegación Río Gallegos del I.O.M.2)
A- La
intersección entre tecnología y cuerpo ha alcanzado limites impensados hace no
tanto, donde la hibridación en el término cyborg ya no pertenece exclusivamente
a la ciencia ficción. Decir Cyborg ya no es sólo la integración
máquina/organismo, sino la constitución del cuerpo en objeto a cargo de la
ciencia: el tecnocuerpo.
Autores
contemporáneos -Haraway, Virilio, Baudillard, Ascott-, plantean que que esta confluencia
no es sin un cambio radical del estatuto ontológico del ser humano. Este
proceso de cyborgiazación puede circunscribirse a dos planos:
-El
cuerpo textual del mapa genético y las posibilidades de la bioingeniería.
-El mundo virtual de Internet, donde se diluye el cuerpo físico en un idealismo subjetivo transhumanista.
-El mundo virtual de Internet, donde se diluye el cuerpo físico en un idealismo subjetivo transhumanista.
B- La noción de
cuerpo está ligada desde un punto histórico a la del texto. Fue necesario
acceder al interior anatómico, luego taxonomizarlo en el mapa de su estructura
anatómica, para finalizar en el Proyecto Genoma Humano: reducido a un código
que puede extraerse, manipularse, recombinarse, trasvasarse y programarse en un
número infinito de nuevas combinaciones.
Ante la premisa instaurada por la técnica -la caducidad e insuficiencia del cuerpo-, las tecnologías, las comunicaciones y las biotecnologías vendrían a ser las herramientas fundamentales para reconstruir, paliar y ampliar nuestros cuerpos obsoletos, pues están bajo una misma égida: la traducción del problema del mundo a un problema de códigos.
Ante la premisa instaurada por la técnica -la caducidad e insuficiencia del cuerpo-, las tecnologías, las comunicaciones y las biotecnologías vendrían a ser las herramientas fundamentales para reconstruir, paliar y ampliar nuestros cuerpos obsoletos, pues están bajo una misma égida: la traducción del problema del mundo a un problema de códigos.
Para
Peter Sloterdijk, uno de los rasgo de esta época es que empuja a la manía. Como
efecto del agotamiento que ello implica y la decepción a tamaña promesa de
felicidad, adviene la inmersión en territorios digitales cuya finalidad es la
transformación en